jueves, 21 de mayo de 2009

2ª PARTE DE BURROS TAXIS MIS AMIGOS

Lluvia de vuelta a su casa

Cuando Lluvia terminó las vacaciones, regresó a casa. Ese día la señora estaba fuera de viaje.
El cuidador observaba con atención por que los animales se comportaban de una forma extraña al igual que la otra vez que estuvo de viaje, eran mucho más felices, Lluvia se lo transmitía a los demás, en los establos los primeros días era muy común escuchar los relinchos de los caballos y yeguas al olerla, ella les respondía haciendo ruido, expulsando el aire por los orificios nasales fuertemente, los perros jugaban, corrían incluso ladraban de alegría como todos los demás.
En cada uno de los establos hay cuatro hermosos caballos, pero esta última vez cuando Lluvia se acerca, los demás incluyendo a los perros se quedan muy tranquilos, Juan no lo sabe pero es por que les cuenta las cosas que le pasó en este último viaje a Mijas.
Ellos muy atentos la escuchan, ellos, de vez en cuando les hacen algunas preguntas. Todos la admiran por lo bien que se expresa, al contarles las vivencias con todo lujo de detalles.
Sobre todo al no estar acostumbrados a ver las cosas que ella cuenta, comparaban y aunque allí hay mucho verde y muchos árboles. Les sorprendían las diferencias, les hacían muchas preguntas, como los detalles de que todas las casas sean blancas, las flores en las ventanas el clima, los animales circulando por las calles, les gustó mucho lo de la vecina que tenía tantos animales, ellos esperaban las explicaciones tan llenas de detalles, lo pasado en un mes en Mijas no se puede explicar tan fácil, ella se guardaba algo para, días posteriores.
Uno de ellos, el caballo que más premios tenía, comentó, con todos mis premios conseguidos y con toda mi maestría, cuando escucho a Lluvia, siento que ella, si es especial. Comentan lo bien que se lo pasan, por estar escuchando sus vivencias y sobre todo su gran corazón.
Una vez pasado un rato, ella misma se va al otro establo para hacer lo propio con los demás, que a la vez que sus compañeros observan y les hacen preguntas. Juan no sale del asombro al ver como, perros caballos y Lluvia estando juntos se comportan de esa forma.
En realidad todos se alegraban, sobre todo por ver como iba mejorando de cuando vino. La señora, dos años antes al ver una noticia en TV. del - Refugio del burrito, en Fuente Piedra [Málaga] apadrinó a Lluvia.
Más tarde mandó a un cuidador para seguir la evolución de la burrita, cual fue su sorpresa y alegría cuando supieron que, milagrosamente se recuperó. La señora en agradecimiento a los cuidadores del Refugio del Burrito, les premió y les preguntó si podía llevársela a sus establos ellos no dudaron, fundamentando que, aunque allí estaba bien, en los establos de la señora estaría mejor. Le recomendaron que en caso de notar “algo” aunque siendo conscientes que ella tiene bastante personal y veterinario, no dudaran en comunicarlo. En beneficio de la burrita, por creer que, si hubiera recaída, podría tratarse, al separarla de los demás burritos.
Así lo hicieron y estuvo un año en una cuadra pequeña junto a la de los caballos hasta que la madrina decidió que podía pasar unas vacaciones en su pueblo Mijas en Málaga. Cuando regresó notaron un gran cambio para mejor, por ello dispuso, hacerlo todas las primaveras, en concreto este año ha sido el segundo.
Juan en todo momento Informa a la señora de lo que observa y este segundo año, ha cambiado mucho más, tanto en las vacaciones, como de regreso a casa.
La señora regresó y al día siguiente, estando en el desayuno, escuchó hablar en los jardines al cuidador al no ser normal, observó y allí estaba con Lluvia y aunque el establo está muy retirado de la casa, la burra, allí estaba en una actitud terca, intentaba quedarse en ese sitio, mientras Juan insistía en llevarla a su sitio, La señora al verlo y por lo inusual prestó atención.
Lluvia sentada en el suelo, con las orejas firmes y aun con la presión de la cuerda no cejaba en su firme actitud, por más que tiraba el cuidador.
La señora tuvo un presentimiento y al asomarse, el cuidador levantando los brazos pidiendo disculpas.
La burrita no dejaba de mirar a los balcones, pero al ver a la señora, se levantó, bajó las orejas y mandó un fuerte ruido, a la vez que movía con insistencia la cabeza. La señora con mucho sentimiento exclamó, esta burrita no es normal y observó como Lluvia una vez conseguido su propósito, dio media vuelta y se fue hacia los establos. De vez en cuando se paraba se daba la vuelta y miraba al edificio. Cuando fue requerida por la señora, Lluvia permanecía inmóvil junto a su cuidador el pidió disculpas por el anterior comportamiento del animal, la burrita no movía ni una pestaña pero al observarla pudo comprobar que de sus ojos salían lágrimas, se acercó y la acarició y comentó lo especial que era.
El cuidador le comentó lo que estaba pasando en el establo con la presencia de Lluvia y agregó, los perros también se comportan de forma diferente ahora. La presencia de una persona uniformada, fue el motivo para que la señora se acordara que tenía obligaciones y la urgencia de estos. Se dirigió a la casa para lavarse las manos.
Se montó en un coche y se fue, en el trayecto hacia la salida miró sorprendida a Lluvia. La burrita tenía los ojos clavados en el coche.
Pasado unos días, vino Patricia una de las hijas a practicar con los caballos. Al llegar al establo los perros se acercaron como de costumbre pero se fueron inmediatamente. Ella frunció las cejas pero no le dio importancia, se acercó el cuidador, ella le comentó. Dice mamá que Lluvia se está comportando de una forma muy especial, a lo que Juan contestó. Es extraordinaria compruébelo usted misma señora, señalando a uno de los establos allí estaba Lluvia junto a los perros en una actitud muy pacifica, los caballos la miraban atentamente, ella miró al cuidador con un gesto de asombro, el se fue al otro establo y sacó la yegua que le tenia preparada para practicar.
A los días comieron en familia era frecuente, como también lo era, en los postres hacer comentarios, Patricia, la hija que estuvo unos días antes. Dirigiéndose a la madre el primer comentario que hizo fue, que algo extrañolo le pasó con Lluvia, la madre le dijo lo que hizo el día después de venir de las vacaciones, uno de los hijos las miró un poco extrañado y agregó y a ti hermana ¿que te sucedió? Ella después de darle detalle agregó, Juan refiriéndose al cuidador sabe cosas que no se atrevía a contar por creer que era la pasión que siente por ese animal en concreto.
Eso hermana ¿no será casualidad? Patricia insistió, vamos a los establos.
La hermana agregó llevemos También a los niños que ellos vean lo noble de la burrita.
Llamaron a la casa del cuidador para ir a los establos.
En la puerta esperaban los perros como siempre, por ser toda la familia tan amante de los animales y fuero a los establos.
Juan esperaba fuera, pensó, vienen todos así que, tendré que dar explicaciones.
Buenas tardes dijo inclinando la cabeza, señor, señora, todos respondieron buenas tardes Juan.
El hijo después de saludarlo le preguntó Juan, me están comentando cosas de la burrita y usted ¿Qué puede contarme?
Juan dijo. Desde que está aquí, los demás se comportan de forma diferente, sobre todo después de venir de Mijas.
¿Puedo abrir su establo a ves que hace?
Por favor le respondió impaciente.
Juan se dirigió al establo y abrió la puerta.
Lluvia salió se acercó a la señora mirándola, ella se acercó y acariciándole la cara le dijo. Que inteligente y noble eres.
La burrita quedó inmóvil y cerró los ojos en agradecimiento.
Cuando dejó de acariciarla abrió los ojos, la señora dirigió la mirada a los demás, muy orgullosa.
Juan pidió permiso para abrir las puertas de los otros establos, el hijo se reía con asombro. Por favor le dijo impaciente por saber que podía hacer la burrita.
Los perros corrieron detrás de Lluvia, que a su vez caminaba hacia las puertas.
Todos ellos fueron detrás de los animales aunque guardando cierta distancia, cuando llegaron a la puerta el hijo fue el primero que a su vez llevaba a su hijo en brazos.
¡! Abuelita ¡! Dijo exclamando. Mira, mira por favor.
Pudieron comprobar como estaban los perros sentados a ambos lados de Lluvia, mientras los caballos con las cabezas fuera de las puertas miraban atentamente a la burrita
¿Esto que es? Por Dios con lo fieles que son los perros y no nos hacen ni caso y los caballos, hermana le dijo a Patricia ya no te saludan como de costumbre.
Juan decía no me atrevía a comentarlo por temor a que los animales no se comportaran de esta forma en presencia de ustedes. Si quieren les abro las puertas, para que comprueben otra habilidad de Lluvia.
La señora dijo. Ahora comprendo la terquedad de aquella mañana y agregó mirando al marido; Alfonso cuando te comenté lo del balcón y lo acaecido después en el jardín, aun viendo tu sonrisa, pensé que creerías que era la ternura que tengo por los animales.
El, mirando a los demás dijo. No es tan fácil creer lo que estamos viendo, mirando a la mujer agregó Mercedes, se merece que sean dos los viajes a Mijas tos los años, todos sonrieron.
Juan una vez con el permiso miró a la burrita y le dijo. Lluvia les voy a poner los aparejos para que te los lleves a dar un paseo.
Lluvia le dijo a los perros, no alborotéis, para después mirando a los equinos hacer lo propio y decirles. No me falléis.
Salieron los perros siguiendo a Lluvia, detrás los cuatro caballos, pero en lugar de ir hacia la derecha se fueron a la izquierda.
Juan les gritó. Lluvia se paró y le dijo a los demás animales esperad, los caballos y perros se detuvieron pero ella siguió hasta llegar al otro establo, allí dio media vuelta y se detuvo mirando a Juan.
Este miró a la señora y le dijo ¡! Esto no está ensayado ¡! ella le dijo con seguridad, ábrale usted la puerta por favor.
Este abrió y entró, Lluvia le siguió.
Todos permanecían impertérritos, mientra Juan les ponía los aparejos a los caballos, Lluvia le contaba lo sucedido a las dos yeguas y los dos caballos su propósito y les pedía disciplina.
Mientras en el jardín no salían del asombro. Mirando a los padres el hijo dijo: se merece ir más a Mijas.
A lo que el padre contestó si y lo mejor sería en primavera y en otoño.
Alejandro el hijo le dijo. Padre, si lo dices por el frío en Málaga apenas tienen invierno.
Lluvia se fue con los perros y caballos mientra desde la distancia Juan los seguía, pero lo asombroso fue cuando la llamó ¡! Lluvia ¡! La burrita se dio la vuelta y regresaron al los establos.
La señora le dijo a Juan, estamos comentando que sería bueno, ir más a menudo a Mijas.
El padre con ironía, le dijo al hijo ¿los perros son nuestros? Por que nunca se habían comportado con tanta indiferencia.
Juan pidió permiso para meter a los caballos en los establos, Lluvia lo seguía, entonces dijo sonriendo, ahora tengo un perro más
Todos se fueron al interior de la casa y estuvieron toda la tarde comentando lo bien que lo pasaron y lo inteligente del animal.
Durante un tiempo, cuando se reunían uno de los temas era Lluvia pasaron los meses y poco antes de terminar el verano, en una comida de familia comentó la señora:
Antes de ir a ver a Lluvia os queremos decir que estamos buscando una casa en Mijas para que Juan esté más cerca de su familia, de esa forma le agradecemos lo bien que se ha portado con todos nosotros, durante tanto tiempo y Lluvia de esa forma estará también más cerca de los suyos.

viernes, 15 de mayo de 2009

LLUVIA VUELVE A MIJAS

3ª PARTE


Encargaron a uno de los administradores la búsqueda de una casa en los alrededores de Mijas. La vivienda tendría que tener además de la casa, terreno para hacer un establo lo suficiente grande como para ocuparlo algún caballo además de Lluvia, así aprovecharía para tener algún caballo para las oportunas carreras o competiciones que tienen efecto en el hipódromo de Mijas. Pronto tuvieron respuestas, se trataba de una casa, con lo que pedían, pero además de terreno esta tenía, cuadras amplias para seis caballos, estaban alineadas, también contaba con picadero cuadrado, con arena en el suelo para la practica, la zona de cuadras tenía el suelo empedrado de una forma antigua. Cuando vieron las fotos no pusieron oposición además el precio era extraordinario ya que el propietario necesitaba el dinero para trasladarse a su país. Después de bajarle el precio varias veces, la urgencia era primordial, de ahí la premura de la operación, que se realizó en Madrid.
Mandaron a Juan para supervisar la compra, por tener la confianza puesta en el. De siempre ha demostrado lo responsable y preparado que está.
El es natural de Fuengirola, Cuando este tenía veintitrés años vivía en Madrid. Alfonso y Mercedes tenían un problema, su médico les recomendó que la pequeña Patricia debería hacer deporte poniéndole ejemplos de esquí o montar a caballo, era el mes de Mayo y había poca nieve en la zona, por la afición que tenían, pensaron que la solución era el caballo. Juan que vivía en Madrid, tenía una pareja de caballos y un potro, que por problemas de espacio, tenía que vender. Mercedes le compró el potro y Juan se comprometió a darle clases.
Demostró pronto su valía, decidieron comprarle la pareja de caballos y emplearlo. El accedió muy contento, pues haría lo que le gustaba y además con muy buen sueldo y sobre todo en realidad seguiría con los caballos.
La pequeña creció y vinieron más hermanos.
En un principio hicieron un establo que se quedó pequeño para después otro.
Juan empezó con las clases a la pequeña pero por su condición y por su cuenta, les ayudaba haciendo filigranas con las plantas en los jardines, pronto lo nombraron jefe de esa zona de jardines y del personal de los establos.
La familia en poco tiempo, gracias a los caballos, tenían fama y prestigio a nivel internacional, incrementando notablemente sus ingresos
Hoy Juan lleva muchos años prestando buen servicio, por ello tiene méritos para depositarle la confianza y en agradecimiento han decidido regalarle, la nueva casa, de esa forma podría vivir en Málaga con los suyos.
Cuando Juan llegó a Mijas para hacer el último trámite, un empleado de la inmobiliaria lo esperaba para darle las llaves y los detalles del funcionamiento de todo.
Una vez terminado, el empleado se fue. El llamó a la señora para comentarle lo adecuada, lo grade y bien que estaba, ella le dijo.
Me alegra que le guste y que haya sido un acierto.
De regreso a Madrid, al presentarse a la familia le hicieron pasar al despacho para comunicarle su traslado a Mijas, debería coger parte de sus pertenencias y el traslado lo haría con Lluvia, deje lo necesario para cuando venga que a partir de ahora será por poco tiempo
En un principio en parte le dio alegría, pensó en Málaga, Mijas, Fuengirola, su familia, todo se mezclaba.
La señora le dijo a Juan: aquella casa la compramos para usted, está a su nombre y a partir de ahora vivirá usted allí y además seguirá trabajando para nosotros allí, nos cuidará a Lluvia y además algún que otro caballo, habrá una cuenta para los gastos, y por si surge algún imprevisto. Por lo que le pedimos que se traslade cuando lo crea oportuno.
Juan, Juan repitió la señora. Perdone señora estoy preso de los nervios, no se puede ser más feliz pero, a la vez triste por irme.
Ella le respondió. Pensándolo bien a partir de ahora usted, Juan y Lluvia, pasará solo las vacaciones aquí con nosotros y el resto del año en Mijas.
Se fue despidiendo de todos, sabiendo que no se iba para siempre.
Son muchos años, muchos recuerdos.
El día anterior a la marcha, la señora se despidió dándole instrucciones en presencia de Lluvia, que no paraba de acariciarla, pasándole la mano por la cara y la crin las últimas palabras fueron ¡! Deseo que sean felices ¡!
A la mañana siguiente miércoles salieron para Mijas Lluvia viaja en un remolque adecuado por lo que no tiene mayor problema.
Cuando llegó a Mijas y una vez instalada Lluvia, el teléfono móvil dio un zumbido era un mensaje cuando lo miró, se dio cuenta que no era uno sino varios.
Se trataba del primo Pepe de Fuengirola, lo llamó y este le dijo. Primo sabes que el fin de semana es la feria del Rosario.
Pues claro le contestó.
¿Vas a venir?
Juan nervioso le respondió. “casi seguro” hasta hoy no te he fallado ningún año.
El sábado empezaba la feria de Fuengirola y como todos los años, lo pasan juntos, tienen mucha unión pero lo que más los unen es la afición a los caballos.
El primo no sabía que Juan estaba en Mijas le dijo. Este año te tengo preparada una yegua que cuando la veas te va a gustar y agregó ¡!oye ¡! ¿Es seguro que vienes verdad?
Juan le respondió. Primo lo de la yegua, no lo hagas y fue a contarle, que este año estaba aquí Lluvia y por lo tanto pasearía pero con la burrita.
Pero Pepe le dijo no me lo puedo creer, cuando la veas te arrepentirá, a no ser que traigas algo mejor.
Pepe, te aseguro que lo que traigo este año, para mi es insuperable, es más, una comida me apuesto.
Eso está echo, dijo Pepe y agregó aun sabiendo que tus jefes me pueden sorprender estoy seguro que esta vez les va a costar trabajo.
Juan pensó, es mejor que sea mañana cuando se lo esplique y que, ya estén las cosas en orden, entonces le dijo.
Mañana nos vemos en Mijas y agregó. Yo te llamo cuando esté listo.
Nos vemos.
Hasta mañana.
Recorrió toda la casa. Estaba amueblada con muy buen gusto, volvió a recorrerla, miraba desde arriba los jardines, los establos con un picadero, la piscina, los árboles, todo era estupendo. Sacó sus cosas del todoterreno y fue colocándolas en su sitio, entre ellas sus trajes de montar, salió al establo y acariciando a Lluvia le dio las gracias, sin ti esto no sería igual.
Cuando quiso acordar era tarde, se monto en el coche y fue al pueblo a cenar.
Por la mañana fue al establo, le puso los atalajes recorrió varias veces la finca y se fue al pueblo, para que Lluvia estuviera un rato con los suyos, hasta que empezó a apretar el calor.
Que volvió a casa para llamar a la señora.
Al empezar a explicarle con mucho entusiasmo. Ella le dijo con mucha dulzura que a partir de ahora, el es el que tiene que decidir y hacer lo que crea mejor y que, al saber como es, serían todos aciertos y ella solo podría estar agradecida y que ya estaba deseando verlos a los dos, agregando: si necesita usted algo no dude en decirlo.
A el se le rompió el corazón y le dijo. Señora la llamo para expresar lo agradecido y contento que estoy, además por que había pensado en darle compañía a Lluvia con otro animal.
No diga más, ve usted como sabía que acertaría en las decisiones. Le mandaré estos últimos e intente reproducir como tenía usted previsto hacer aquí.
Señora dijo el.
Pero ella no dejó terminar, por favor acéptelos, es mi deseo. Y se despidieron.
Pepe el primo lo llamó. Primo ¿por donde vienes? Le preguntó.
Ya estoy en Mijas le contestó Juan. ¿Nos vemos en la cafetería que hay frente al ayuntamiento?
Nos vemos en una hora le dijo Pepe.
Juan se fue por que estaba impaciente por contarle todo los cambios. Allí tuvo que esperar hasta que, el primo llegó puntual.
Al verlo le preguntó con asombro, Juan ¿Te pasa algo?
A lo que Juan le contestó.
Primo soy la persona más feliz, cuando te enteres del cambio que ha dado mi vida, lo comprenderás y todo gracias a Lluvia.
Ya estas con tus paranoias le dijo Pepe.
Juan nervioso se levantó diciéndole, anda primo tomate el café que nos vamos.
Espera que me lo pongan dijo Pepe extrañado.
Terminado el café se pusieron en marcha al llegar a la casa, Juan con el mando, abrió el portón y le hizo una señal para que lo siguiera pasaron los dos coches y al llegar al porche paró Juan, el primo le preguntó ¿aquí mismo?
Si está bien.
Primo le dijo Pepe, si que es bueno el cambio y pensando en lo grande que es la casa le preguntó ¿has venido con alguien?
No, le contestó.
¿Cuando vienen?
No, déjame que te explique esta casa es mía y empezó a contarle lo sucedido. Que grandes son tus jefes. Primo.
Estuvieron toda la mañana recorriendo la finca Lluvia no se apartaba del lado de ellos, iban pensando lo que podía o iba a hacer en este sitio o el otro, todo eran proyectos, no quería prisas.
Cuando llegó la hora de almorzar se fueron, para después ir a Fuengirola y pasar por una protectora de animales para adoptar a un perrito que les hiciera compañía.
Al final fueron dos Rufo y Maggie.Los dos son parecidos pero de razas y tamaños diferentes, no tardó Rufo el macho más atrevido en adaptarse, por que cuando los sacó del coche, estando ya en la casa, este se puso a correr y se alejaba, para venir al momento, poner la cabeza en el suelo, entre las dos patas delanteras, ladrar y volver a correr otra vez pidiendo juego, de vez en cuando se acercaba a Lluvia la olía, para hacerle creer que iba en una dirección y correr hacia la otra y alejarse al momento, Maggie la perrita más tranquila permanecía junto a su nuevo dueño.