domingo, 21 de junio de 2009

sábado, 20 de junio de 2009

LLUVIA

CUENTO


1ª PARTE LLUVIA EN MIJAS

Iban en plena “faena” Almorejo y Califa, cuando el primero volvió la cabeza y dijo con asombro:
Oye Califa. ¿Aquella que viene, es Lluvia?
Claro que si, le respondió el otro. Solo puede ser ella. Aunque está viejecita.
Califa ¡!te consideras viejo ¡! Por que, yo no y por otro lado, tú no eres más joven, le dijo Almorejo un poco “dolido” y agregó: por que los tres tenemos la misma edad y tú no te libras “el tiempo pasa para todos”
Almorejo soltó un fuerte rebuzno. Y al llegar junto a ella le dijo:
Hola “Lluvia” que haces por aquí.
A lo que ella respondió:
Mi madrina otra vez me ha premiado, quiere que pase unos días con los míos y ya ves.
Estaré aquí varias semanas con este cuidador, disfrutando y viendo como paseáis a los turistas, para, de esa forma sentirme más orgullosa de vosotros y de “vuestra fama.”
Así que, iré a veros por el pueblo.
Y agregó: mi madrina siempre dice que nosotros somos muy trabajadores y nobles, que trabajamos donde nos ponen, por dura que sea la faena y sin desmayo.
Almorejo miró a Califa. Este con lágrimas en los ojos no pudo hablar, un nudo en la garganta se lo impedía.
Emocionado y con la voz un poco apagada dijo:
No te creas lo que escuchas de nosotros, solo les hacemos a las personas la vida un poco más fácil.
A lo que Almorejo agregó:
¡! Y, ahora, con las máquinas, coches y con los adelantos, lo tenemos un poco duro y cada vez somos menos.
¡! Que modesto eres le respondió Lluvia.
Se despidieron y se fueron.
La madrina había dispuesto que se hospedara en una casa con cuadra, alquilada a las afueras del pueblo, junto a una cuadra donde por circunstancias, algunas veces iban los burros.
Al día siguiente, Lluvia se despertó con el canto de los gallos, salió a la calle, junto a su casa vive una familia que tiene muchos animales las gallinas sueltas por el campo, la señora, muy temprano sacó a las cabras y sentada sobre un taburete y un cubo empezó a ordeñarlas, el marido tiene también caballos, sacó a uno de ellos y con un cepillo y una manguera empezó a bañarlo, al ser las primeras horas de la mañana el sol empezaba a mandar sus primeros rayos, es un momento que Lluvia no se quiere perder, al caerle el chorro de agua fina pero en abundancia sobre el cuerpo del caballo.
Por la temperatura se evapora unido a los rayos forman un espectáculo que se prolonga un buen rato para disfrutar.
Una vez bañado lo lleva a la plaza donde tiene una carroza para pasear a los turistas hay varios son típicos también, llevan unas sombrillas grandes para que los turistas pueda sentirse un poco mejor ya que a veces el sol hace estragos aquí se le llaman coches de caballos.
Lluvia se acercó a la cuadra. En el corto camino, disfrutaba viendo las casas diferentes a las que habitualmente hay donde ella vive. Por que estas, son todas muy blancas, con las ventanas coloridas, con viejas rejas forjadas con formas diferentes y muy personales que le daban en esos años.
Además la costumbre es poner en ellas muchas macetas tanto en las ventanas como en las fachadas.
La sierra, el verde de los pinares, las flores que abundan y los contrastes de colores que hay por el sol y mucho más hermoso al estar en primavera.
Con el hocico, cogió un poco de una clase de yerba, para llevársela a sus amigos, por que ellos, trabajan paseando a los turistas, pero por el pueblo, donde hoy está todo asfaltado.
Lluvia, de esa forma, hace gala de su memoria y les recuerda sus preferencias de la infancia.
Pero cuando llegó a la cuadra, se asomó por la ventana y observó que, era un lugar para los enfermos y allí había solo tres, Romero ya jubilado, Florido que está cojo por un mordisco y Palomo que estará de baja un tiempo, lo van a operar por que tiene un bulto en una pata
Estaban amarrados con una cuerda tan corta que no podían llegar a la ventana, incluso les impedía poder descansar cómodamente y además, sin paja en el suelo.
Ella le dio tal sentimiento, que no se lo podía creer, pensó que los tenían castigados por alguna travesura.
No puede ser. Ellos son sumamente obedientes y no suelen hacer nada que moleste, excepto esos rebuznos subidos de tono, pero siempre hay que perdonarlos, porque el motivo, es que son “solteros” y se considera Inevitable.
Pensaba,- tanto trabajar,- tanto hacían por los dueños, por el pueblo y su fama, que no podía creer que sufrieran sin motivo.
Pensó en preguntarles a los demás, por lo que estaba viendo.
Fue a su casa, allí pasó un buen rato apenada.
Pero, cual fue su sorpresa, cuando llegó a la plaza del pueblo, quizás por la hora, pero hacía un calor horroroso.
Aun estando en esa época del año, pero estamos en La Costa Del Sol y “el astro aquí no perdona”
Allí estaban. Califa, Golondrina, Mandela, Sietesoles, Gandhi, Revolución y Milagrito.
Todos ellos atados, de la misma forma que los de la cuadra, con la cuerda tan sumamente corta que les impedía moverse incluso descansar.
Les preguntó:
¿Es que no hacéis bien vuestro trabajo?
No. Respondió el más charlatán “Califa”
Tampoco es que sean malos los dueños, yo creo que es la torpeza, la falta de cultura.
A lo que agregó Gandhi, mi padre me decía que en realidad ellos son los verdaderos “burros.” Por que, mi familia se sentía orgullosa de haber contribuido al desarrollo de la agricultura y durante muchísimo tiempo, trabajamos donde nos ponían.
Insistía Lluvia. Si pero ¿Por qué este martirio?
Posiblemente por ignorancia insistía Califa.
Por que toda la vida se ha pasado mal pero dormíamos sobre paja aquí tenemos que dormir atados y de pie.
Golondrina después de un suspiro decía. Mi familia me contaba que antes, al mismo tiempo que trabajabas ibas comiendo, aquí solo podemos comer asfalto, el verde solo lo vemos de lejos y la verdad es que no son muy generosos a la hora de descansar.
Revolución el más joven dijo: asómate ahí abajo y vengas cuando vengas, nos veras de esta manera y algunos soportando el peso del carro ¿eso es descanso?
No te quejes Revolución. Al menos cuando estamos abajo tenemos muy buena sombra.
si es verdad decía Mandela y agregaba: por que “aquí cuando cae el sol “creo que hasta pesa”
Si por eso, deberían ponernos sombra aquí arriba también, comentaba Sietesoles, -- Yo me pregunto ¿Quien son los animales?
Lluvia les dijo:
No os preocupéis mirad a este señor que me cuida, esta anotando todo lo que ve y haciendo fotografías, me imagino que será para comunicárselo a mi madrina.
Ella tiene muy buen corazón y buenos amigos que no paran de ayudar a colectivos desfavorecidos. Tanto de personas como de animales.
Quizás las autoridades no lo sepan, dijo Lluvia.
Mandela contestó:
Si están informados, porque la verdad es que cada vez estamos mejor ahora tenemos veterinario, vienen de una asociación y cada vez son más cariñosos con nosotros.
La verdad es que nos tratan muy bien decían.
Tal como están las cosas hoy, decía Milagrito, no es lógico que se mire a otro sitio cuando hay un caso de “malos tratos”
Sietesoles añadió. Cada vez estamos mejor por que los propios turistas, cuando ven lo más mínimo, les llaman la atención y reclaman hasta por escrito.
De pronto una fuerte voz interrumpió:
Me cago el la… ¿Que hace esa burra aquí?
El muchacho insistía, ¡!aquí solo pueden estar los del pueblo ¡! para entonces se presentó la autoridad,
El cuidador de Lluvia” se acercó a ellos, después de insistir el joven.
Solo se calmó cuando le insistió la policía.
El cuidador les presentó la documentación.
La misma autoridad fue la que le aseguró que no le quitaría ningún cliente.
Si pero esa burra al no ser del pueblo y los burros están “enteros” y se están soliviantando, exclamaba subiendo otra vez la voz
Por favor, Cálmese ¡! Le dijo un policía.
Pero si yo estoy calmado, los que no se calman son los burros.
¿Es que no los escucha que no paran de rebuznar?
Caballero. ¿Está usted seguro que lo hacen por la burra?
Hombre me lo va a decir a mí, que llevo dos años con las bestias. El policía insistió.
Y ¿Por qué lo hacen normalmente, incluso cuando la burra no está?
Una vez aclarado todo el muchacho hubo de irse para hacer un servicio con doce turistas asiáticos.
Para ello trajeron a cinco burritos, Platero, Lucy, Roberta, Almorejo y Grande, de la parte de abajo más otros tantos para que estén dispuestos por si hay que hacer otro servicio.
En realidad abajo están descansando a la sombra para cuando los requieren.
Una vez calmado todo. Lluvia disfrutaba viendo a los suyos y cuando podían,- daban sus opiniones.
Por el trabajo, de vez en cuando se tenían que marchar, pero venían otros.
Otros que contaban sus hazañas y sus vivencias y de esa forma disfrutaban todos.
Nola una de las más viejecitas les decía: os quejáis por nada, os acordáis, antes cuando venían los grupos de americanos eso si que era trabajar.
Todos se reían.
En el pueblo entre los burros, se comenta que cada vez están mucho mejor porque ahora la mayoría son asiáticos.
Pero en otros tiempos, venían grupos de turistas en abundancia y a los que más se le temían eran a los americanos por el peso que tenían que soportar.
Procuraban decirlo siempre que estuviera Golondrina que se quejaba mucho y decía que sus dolencias eran, la herencia de cuando su familia trabajaba en las canteras.
En realidad se sienten muy contentos cuando viene Lluvia, por que con ella las conversaciones les traen buenos recuerdos y por que además ella luce unos atalajes, espectaculares llenos de colores. Que son la envidia del pueblo.
Todos se lamentan y dicen que ellos tienen la esperanza de llevarlos algún día.


Moraleja.

El burro taxi de Mijas viene de finales de los años cincuenta.
Los llamados arrieros trabajaban con sus animales y era el medio de transporte de la agricultura, en las obras, ellos traían la arena de la playa, de los ríos, subían las mercancías de Fuengirola, para últimamente trabajar en las canteras, las antenas repetidores de la sierra.
Poco a poco los camiones y máquinas sustituían a los animales, ellos seguían haciendo las rutas que las máquinas no podían, cuando regresaban a sus casas, eran requeridos por los turistas empezando con las típicas fotos con ellos para después subidos y ya más tarde pasearse o subir a la ermita, recorrer y conocer el pueblo.
Normalmente a los burros se les ha tratado con respecto a la cultura que había por parte de los arrieros.
En Mijas hoy cuentan con un área, la parte de abajo con sombra, agua.
Para mi forma de ver la vida le falta alfalfa o verde esa comida que tanto les gusta y posiblemente se merezcan.
Además serviría para relajo del ignorante que soy yo, al verlos con una buena comida mientras descansan.
La parada de arriba (mejorable) por el temido calor. El sol que cae como solo lo hace en estas tierras.
Por eso pienso que una bonita “pérgola” además de atractivo lo haría en mi gusto un sitio propio.
Propio para los famosos taxis.
Los animales y los turistas se lo merecen y además lo agradecerán y el pueblo, que de por si tiene fama, le daría más grandeza en todos los aspectos.
Hoy y gracias a la asociación protectora “el refugio del burrito” está mejorando y por suerte tenemos otras formas de ver las cosas. Se llama “calidad de vida”
Por supuesto que siguen siendo aun mejorables.
Yo no me conformaré como buen andaluz (por lo exagerado) hasta conseguir, por lo menos en verano y una vez terminado el fatigoso trabajo ver como descansan tumbados en una buena hamaca de paja y contemplando el verde aunque solo sea de lejos y el verde sea de un campo de golf.
Por que aunque sean animales y por si fuera poco “burros” tienen vida y se merecen un buen descanso para al día siguiente rendir mejor.

jueves, 21 de mayo de 2009

2ª PARTE DE BURROS TAXIS MIS AMIGOS

Lluvia de vuelta a su casa

Cuando Lluvia terminó las vacaciones, regresó a casa. Ese día la señora estaba fuera de viaje.
El cuidador observaba con atención por que los animales se comportaban de una forma extraña al igual que la otra vez que estuvo de viaje, eran mucho más felices, Lluvia se lo transmitía a los demás, en los establos los primeros días era muy común escuchar los relinchos de los caballos y yeguas al olerla, ella les respondía haciendo ruido, expulsando el aire por los orificios nasales fuertemente, los perros jugaban, corrían incluso ladraban de alegría como todos los demás.
En cada uno de los establos hay cuatro hermosos caballos, pero esta última vez cuando Lluvia se acerca, los demás incluyendo a los perros se quedan muy tranquilos, Juan no lo sabe pero es por que les cuenta las cosas que le pasó en este último viaje a Mijas.
Ellos muy atentos la escuchan, ellos, de vez en cuando les hacen algunas preguntas. Todos la admiran por lo bien que se expresa, al contarles las vivencias con todo lujo de detalles.
Sobre todo al no estar acostumbrados a ver las cosas que ella cuenta, comparaban y aunque allí hay mucho verde y muchos árboles. Les sorprendían las diferencias, les hacían muchas preguntas, como los detalles de que todas las casas sean blancas, las flores en las ventanas el clima, los animales circulando por las calles, les gustó mucho lo de la vecina que tenía tantos animales, ellos esperaban las explicaciones tan llenas de detalles, lo pasado en un mes en Mijas no se puede explicar tan fácil, ella se guardaba algo para, días posteriores.
Uno de ellos, el caballo que más premios tenía, comentó, con todos mis premios conseguidos y con toda mi maestría, cuando escucho a Lluvia, siento que ella, si es especial. Comentan lo bien que se lo pasan, por estar escuchando sus vivencias y sobre todo su gran corazón.
Una vez pasado un rato, ella misma se va al otro establo para hacer lo propio con los demás, que a la vez que sus compañeros observan y les hacen preguntas. Juan no sale del asombro al ver como, perros caballos y Lluvia estando juntos se comportan de esa forma.
En realidad todos se alegraban, sobre todo por ver como iba mejorando de cuando vino. La señora, dos años antes al ver una noticia en TV. del - Refugio del burrito, en Fuente Piedra [Málaga] apadrinó a Lluvia.
Más tarde mandó a un cuidador para seguir la evolución de la burrita, cual fue su sorpresa y alegría cuando supieron que, milagrosamente se recuperó. La señora en agradecimiento a los cuidadores del Refugio del Burrito, les premió y les preguntó si podía llevársela a sus establos ellos no dudaron, fundamentando que, aunque allí estaba bien, en los establos de la señora estaría mejor. Le recomendaron que en caso de notar “algo” aunque siendo conscientes que ella tiene bastante personal y veterinario, no dudaran en comunicarlo. En beneficio de la burrita, por creer que, si hubiera recaída, podría tratarse, al separarla de los demás burritos.
Así lo hicieron y estuvo un año en una cuadra pequeña junto a la de los caballos hasta que la madrina decidió que podía pasar unas vacaciones en su pueblo Mijas en Málaga. Cuando regresó notaron un gran cambio para mejor, por ello dispuso, hacerlo todas las primaveras, en concreto este año ha sido el segundo.
Juan en todo momento Informa a la señora de lo que observa y este segundo año, ha cambiado mucho más, tanto en las vacaciones, como de regreso a casa.
La señora regresó y al día siguiente, estando en el desayuno, escuchó hablar en los jardines al cuidador al no ser normal, observó y allí estaba con Lluvia y aunque el establo está muy retirado de la casa, la burra, allí estaba en una actitud terca, intentaba quedarse en ese sitio, mientras Juan insistía en llevarla a su sitio, La señora al verlo y por lo inusual prestó atención.
Lluvia sentada en el suelo, con las orejas firmes y aun con la presión de la cuerda no cejaba en su firme actitud, por más que tiraba el cuidador.
La señora tuvo un presentimiento y al asomarse, el cuidador levantando los brazos pidiendo disculpas.
La burrita no dejaba de mirar a los balcones, pero al ver a la señora, se levantó, bajó las orejas y mandó un fuerte ruido, a la vez que movía con insistencia la cabeza. La señora con mucho sentimiento exclamó, esta burrita no es normal y observó como Lluvia una vez conseguido su propósito, dio media vuelta y se fue hacia los establos. De vez en cuando se paraba se daba la vuelta y miraba al edificio. Cuando fue requerida por la señora, Lluvia permanecía inmóvil junto a su cuidador el pidió disculpas por el anterior comportamiento del animal, la burrita no movía ni una pestaña pero al observarla pudo comprobar que de sus ojos salían lágrimas, se acercó y la acarició y comentó lo especial que era.
El cuidador le comentó lo que estaba pasando en el establo con la presencia de Lluvia y agregó, los perros también se comportan de forma diferente ahora. La presencia de una persona uniformada, fue el motivo para que la señora se acordara que tenía obligaciones y la urgencia de estos. Se dirigió a la casa para lavarse las manos.
Se montó en un coche y se fue, en el trayecto hacia la salida miró sorprendida a Lluvia. La burrita tenía los ojos clavados en el coche.
Pasado unos días, vino Patricia una de las hijas a practicar con los caballos. Al llegar al establo los perros se acercaron como de costumbre pero se fueron inmediatamente. Ella frunció las cejas pero no le dio importancia, se acercó el cuidador, ella le comentó. Dice mamá que Lluvia se está comportando de una forma muy especial, a lo que Juan contestó. Es extraordinaria compruébelo usted misma señora, señalando a uno de los establos allí estaba Lluvia junto a los perros en una actitud muy pacifica, los caballos la miraban atentamente, ella miró al cuidador con un gesto de asombro, el se fue al otro establo y sacó la yegua que le tenia preparada para practicar.
A los días comieron en familia era frecuente, como también lo era, en los postres hacer comentarios, Patricia, la hija que estuvo unos días antes. Dirigiéndose a la madre el primer comentario que hizo fue, que algo extrañolo le pasó con Lluvia, la madre le dijo lo que hizo el día después de venir de las vacaciones, uno de los hijos las miró un poco extrañado y agregó y a ti hermana ¿que te sucedió? Ella después de darle detalle agregó, Juan refiriéndose al cuidador sabe cosas que no se atrevía a contar por creer que era la pasión que siente por ese animal en concreto.
Eso hermana ¿no será casualidad? Patricia insistió, vamos a los establos.
La hermana agregó llevemos También a los niños que ellos vean lo noble de la burrita.
Llamaron a la casa del cuidador para ir a los establos.
En la puerta esperaban los perros como siempre, por ser toda la familia tan amante de los animales y fuero a los establos.
Juan esperaba fuera, pensó, vienen todos así que, tendré que dar explicaciones.
Buenas tardes dijo inclinando la cabeza, señor, señora, todos respondieron buenas tardes Juan.
El hijo después de saludarlo le preguntó Juan, me están comentando cosas de la burrita y usted ¿Qué puede contarme?
Juan dijo. Desde que está aquí, los demás se comportan de forma diferente, sobre todo después de venir de Mijas.
¿Puedo abrir su establo a ves que hace?
Por favor le respondió impaciente.
Juan se dirigió al establo y abrió la puerta.
Lluvia salió se acercó a la señora mirándola, ella se acercó y acariciándole la cara le dijo. Que inteligente y noble eres.
La burrita quedó inmóvil y cerró los ojos en agradecimiento.
Cuando dejó de acariciarla abrió los ojos, la señora dirigió la mirada a los demás, muy orgullosa.
Juan pidió permiso para abrir las puertas de los otros establos, el hijo se reía con asombro. Por favor le dijo impaciente por saber que podía hacer la burrita.
Los perros corrieron detrás de Lluvia, que a su vez caminaba hacia las puertas.
Todos ellos fueron detrás de los animales aunque guardando cierta distancia, cuando llegaron a la puerta el hijo fue el primero que a su vez llevaba a su hijo en brazos.
¡! Abuelita ¡! Dijo exclamando. Mira, mira por favor.
Pudieron comprobar como estaban los perros sentados a ambos lados de Lluvia, mientras los caballos con las cabezas fuera de las puertas miraban atentamente a la burrita
¿Esto que es? Por Dios con lo fieles que son los perros y no nos hacen ni caso y los caballos, hermana le dijo a Patricia ya no te saludan como de costumbre.
Juan decía no me atrevía a comentarlo por temor a que los animales no se comportaran de esta forma en presencia de ustedes. Si quieren les abro las puertas, para que comprueben otra habilidad de Lluvia.
La señora dijo. Ahora comprendo la terquedad de aquella mañana y agregó mirando al marido; Alfonso cuando te comenté lo del balcón y lo acaecido después en el jardín, aun viendo tu sonrisa, pensé que creerías que era la ternura que tengo por los animales.
El, mirando a los demás dijo. No es tan fácil creer lo que estamos viendo, mirando a la mujer agregó Mercedes, se merece que sean dos los viajes a Mijas tos los años, todos sonrieron.
Juan una vez con el permiso miró a la burrita y le dijo. Lluvia les voy a poner los aparejos para que te los lleves a dar un paseo.
Lluvia le dijo a los perros, no alborotéis, para después mirando a los equinos hacer lo propio y decirles. No me falléis.
Salieron los perros siguiendo a Lluvia, detrás los cuatro caballos, pero en lugar de ir hacia la derecha se fueron a la izquierda.
Juan les gritó. Lluvia se paró y le dijo a los demás animales esperad, los caballos y perros se detuvieron pero ella siguió hasta llegar al otro establo, allí dio media vuelta y se detuvo mirando a Juan.
Este miró a la señora y le dijo ¡! Esto no está ensayado ¡! ella le dijo con seguridad, ábrale usted la puerta por favor.
Este abrió y entró, Lluvia le siguió.
Todos permanecían impertérritos, mientra Juan les ponía los aparejos a los caballos, Lluvia le contaba lo sucedido a las dos yeguas y los dos caballos su propósito y les pedía disciplina.
Mientras en el jardín no salían del asombro. Mirando a los padres el hijo dijo: se merece ir más a Mijas.
A lo que el padre contestó si y lo mejor sería en primavera y en otoño.
Alejandro el hijo le dijo. Padre, si lo dices por el frío en Málaga apenas tienen invierno.
Lluvia se fue con los perros y caballos mientra desde la distancia Juan los seguía, pero lo asombroso fue cuando la llamó ¡! Lluvia ¡! La burrita se dio la vuelta y regresaron al los establos.
La señora le dijo a Juan, estamos comentando que sería bueno, ir más a menudo a Mijas.
El padre con ironía, le dijo al hijo ¿los perros son nuestros? Por que nunca se habían comportado con tanta indiferencia.
Juan pidió permiso para meter a los caballos en los establos, Lluvia lo seguía, entonces dijo sonriendo, ahora tengo un perro más
Todos se fueron al interior de la casa y estuvieron toda la tarde comentando lo bien que lo pasaron y lo inteligente del animal.
Durante un tiempo, cuando se reunían uno de los temas era Lluvia pasaron los meses y poco antes de terminar el verano, en una comida de familia comentó la señora:
Antes de ir a ver a Lluvia os queremos decir que estamos buscando una casa en Mijas para que Juan esté más cerca de su familia, de esa forma le agradecemos lo bien que se ha portado con todos nosotros, durante tanto tiempo y Lluvia de esa forma estará también más cerca de los suyos.

viernes, 15 de mayo de 2009

LLUVIA VUELVE A MIJAS

3ª PARTE


Encargaron a uno de los administradores la búsqueda de una casa en los alrededores de Mijas. La vivienda tendría que tener además de la casa, terreno para hacer un establo lo suficiente grande como para ocuparlo algún caballo además de Lluvia, así aprovecharía para tener algún caballo para las oportunas carreras o competiciones que tienen efecto en el hipódromo de Mijas. Pronto tuvieron respuestas, se trataba de una casa, con lo que pedían, pero además de terreno esta tenía, cuadras amplias para seis caballos, estaban alineadas, también contaba con picadero cuadrado, con arena en el suelo para la practica, la zona de cuadras tenía el suelo empedrado de una forma antigua. Cuando vieron las fotos no pusieron oposición además el precio era extraordinario ya que el propietario necesitaba el dinero para trasladarse a su país. Después de bajarle el precio varias veces, la urgencia era primordial, de ahí la premura de la operación, que se realizó en Madrid.
Mandaron a Juan para supervisar la compra, por tener la confianza puesta en el. De siempre ha demostrado lo responsable y preparado que está.
El es natural de Fuengirola, Cuando este tenía veintitrés años vivía en Madrid. Alfonso y Mercedes tenían un problema, su médico les recomendó que la pequeña Patricia debería hacer deporte poniéndole ejemplos de esquí o montar a caballo, era el mes de Mayo y había poca nieve en la zona, por la afición que tenían, pensaron que la solución era el caballo. Juan que vivía en Madrid, tenía una pareja de caballos y un potro, que por problemas de espacio, tenía que vender. Mercedes le compró el potro y Juan se comprometió a darle clases.
Demostró pronto su valía, decidieron comprarle la pareja de caballos y emplearlo. El accedió muy contento, pues haría lo que le gustaba y además con muy buen sueldo y sobre todo en realidad seguiría con los caballos.
La pequeña creció y vinieron más hermanos.
En un principio hicieron un establo que se quedó pequeño para después otro.
Juan empezó con las clases a la pequeña pero por su condición y por su cuenta, les ayudaba haciendo filigranas con las plantas en los jardines, pronto lo nombraron jefe de esa zona de jardines y del personal de los establos.
La familia en poco tiempo, gracias a los caballos, tenían fama y prestigio a nivel internacional, incrementando notablemente sus ingresos
Hoy Juan lleva muchos años prestando buen servicio, por ello tiene méritos para depositarle la confianza y en agradecimiento han decidido regalarle, la nueva casa, de esa forma podría vivir en Málaga con los suyos.
Cuando Juan llegó a Mijas para hacer el último trámite, un empleado de la inmobiliaria lo esperaba para darle las llaves y los detalles del funcionamiento de todo.
Una vez terminado, el empleado se fue. El llamó a la señora para comentarle lo adecuada, lo grade y bien que estaba, ella le dijo.
Me alegra que le guste y que haya sido un acierto.
De regreso a Madrid, al presentarse a la familia le hicieron pasar al despacho para comunicarle su traslado a Mijas, debería coger parte de sus pertenencias y el traslado lo haría con Lluvia, deje lo necesario para cuando venga que a partir de ahora será por poco tiempo
En un principio en parte le dio alegría, pensó en Málaga, Mijas, Fuengirola, su familia, todo se mezclaba.
La señora le dijo a Juan: aquella casa la compramos para usted, está a su nombre y a partir de ahora vivirá usted allí y además seguirá trabajando para nosotros allí, nos cuidará a Lluvia y además algún que otro caballo, habrá una cuenta para los gastos, y por si surge algún imprevisto. Por lo que le pedimos que se traslade cuando lo crea oportuno.
Juan, Juan repitió la señora. Perdone señora estoy preso de los nervios, no se puede ser más feliz pero, a la vez triste por irme.
Ella le respondió. Pensándolo bien a partir de ahora usted, Juan y Lluvia, pasará solo las vacaciones aquí con nosotros y el resto del año en Mijas.
Se fue despidiendo de todos, sabiendo que no se iba para siempre.
Son muchos años, muchos recuerdos.
El día anterior a la marcha, la señora se despidió dándole instrucciones en presencia de Lluvia, que no paraba de acariciarla, pasándole la mano por la cara y la crin las últimas palabras fueron ¡! Deseo que sean felices ¡!
A la mañana siguiente miércoles salieron para Mijas Lluvia viaja en un remolque adecuado por lo que no tiene mayor problema.
Cuando llegó a Mijas y una vez instalada Lluvia, el teléfono móvil dio un zumbido era un mensaje cuando lo miró, se dio cuenta que no era uno sino varios.
Se trataba del primo Pepe de Fuengirola, lo llamó y este le dijo. Primo sabes que el fin de semana es la feria del Rosario.
Pues claro le contestó.
¿Vas a venir?
Juan nervioso le respondió. “casi seguro” hasta hoy no te he fallado ningún año.
El sábado empezaba la feria de Fuengirola y como todos los años, lo pasan juntos, tienen mucha unión pero lo que más los unen es la afición a los caballos.
El primo no sabía que Juan estaba en Mijas le dijo. Este año te tengo preparada una yegua que cuando la veas te va a gustar y agregó ¡!oye ¡! ¿Es seguro que vienes verdad?
Juan le respondió. Primo lo de la yegua, no lo hagas y fue a contarle, que este año estaba aquí Lluvia y por lo tanto pasearía pero con la burrita.
Pero Pepe le dijo no me lo puedo creer, cuando la veas te arrepentirá, a no ser que traigas algo mejor.
Pepe, te aseguro que lo que traigo este año, para mi es insuperable, es más, una comida me apuesto.
Eso está echo, dijo Pepe y agregó aun sabiendo que tus jefes me pueden sorprender estoy seguro que esta vez les va a costar trabajo.
Juan pensó, es mejor que sea mañana cuando se lo esplique y que, ya estén las cosas en orden, entonces le dijo.
Mañana nos vemos en Mijas y agregó. Yo te llamo cuando esté listo.
Nos vemos.
Hasta mañana.
Recorrió toda la casa. Estaba amueblada con muy buen gusto, volvió a recorrerla, miraba desde arriba los jardines, los establos con un picadero, la piscina, los árboles, todo era estupendo. Sacó sus cosas del todoterreno y fue colocándolas en su sitio, entre ellas sus trajes de montar, salió al establo y acariciando a Lluvia le dio las gracias, sin ti esto no sería igual.
Cuando quiso acordar era tarde, se monto en el coche y fue al pueblo a cenar.
Por la mañana fue al establo, le puso los atalajes recorrió varias veces la finca y se fue al pueblo, para que Lluvia estuviera un rato con los suyos, hasta que empezó a apretar el calor.
Que volvió a casa para llamar a la señora.
Al empezar a explicarle con mucho entusiasmo. Ella le dijo con mucha dulzura que a partir de ahora, el es el que tiene que decidir y hacer lo que crea mejor y que, al saber como es, serían todos aciertos y ella solo podría estar agradecida y que ya estaba deseando verlos a los dos, agregando: si necesita usted algo no dude en decirlo.
A el se le rompió el corazón y le dijo. Señora la llamo para expresar lo agradecido y contento que estoy, además por que había pensado en darle compañía a Lluvia con otro animal.
No diga más, ve usted como sabía que acertaría en las decisiones. Le mandaré estos últimos e intente reproducir como tenía usted previsto hacer aquí.
Señora dijo el.
Pero ella no dejó terminar, por favor acéptelos, es mi deseo. Y se despidieron.
Pepe el primo lo llamó. Primo ¿por donde vienes? Le preguntó.
Ya estoy en Mijas le contestó Juan. ¿Nos vemos en la cafetería que hay frente al ayuntamiento?
Nos vemos en una hora le dijo Pepe.
Juan se fue por que estaba impaciente por contarle todo los cambios. Allí tuvo que esperar hasta que, el primo llegó puntual.
Al verlo le preguntó con asombro, Juan ¿Te pasa algo?
A lo que Juan le contestó.
Primo soy la persona más feliz, cuando te enteres del cambio que ha dado mi vida, lo comprenderás y todo gracias a Lluvia.
Ya estas con tus paranoias le dijo Pepe.
Juan nervioso se levantó diciéndole, anda primo tomate el café que nos vamos.
Espera que me lo pongan dijo Pepe extrañado.
Terminado el café se pusieron en marcha al llegar a la casa, Juan con el mando, abrió el portón y le hizo una señal para que lo siguiera pasaron los dos coches y al llegar al porche paró Juan, el primo le preguntó ¿aquí mismo?
Si está bien.
Primo le dijo Pepe, si que es bueno el cambio y pensando en lo grande que es la casa le preguntó ¿has venido con alguien?
No, le contestó.
¿Cuando vienen?
No, déjame que te explique esta casa es mía y empezó a contarle lo sucedido. Que grandes son tus jefes. Primo.
Estuvieron toda la mañana recorriendo la finca Lluvia no se apartaba del lado de ellos, iban pensando lo que podía o iba a hacer en este sitio o el otro, todo eran proyectos, no quería prisas.
Cuando llegó la hora de almorzar se fueron, para después ir a Fuengirola y pasar por una protectora de animales para adoptar a un perrito que les hiciera compañía.
Al final fueron dos Rufo y Maggie.Los dos son parecidos pero de razas y tamaños diferentes, no tardó Rufo el macho más atrevido en adaptarse, por que cuando los sacó del coche, estando ya en la casa, este se puso a correr y se alejaba, para venir al momento, poner la cabeza en el suelo, entre las dos patas delanteras, ladrar y volver a correr otra vez pidiendo juego, de vez en cuando se acercaba a Lluvia la olía, para hacerle creer que iba en una dirección y correr hacia la otra y alejarse al momento, Maggie la perrita más tranquila permanecía junto a su nuevo dueño.

lunes, 13 de abril de 2009

4ª PARTE LLUVIA EN LA FERIA DE FUENGIROLA



La feria de Fuengirola

El Sábado ya instalado, fue a Fuengirola, allí estaba citado con el primo. Todos los años y dentro del programa de las feria, en la plaza de toros, se celebra el concurso de doma vaquera y alta escuela, ciudad de Fuengirola, normalmente no se pierden ningún espectáculo.

Al día siguiente domingo y también en la plaza de toros hay otro espectáculo, se trata del concurso nacional de enganche ciudad de Fuengirola, esta vez son carruajes tirados por caballos, cuando terminan y al salir a las carrozas se les van uniendo un número importante de caballos con jinetes, la mayoría, van ataviados con la ropa propia de la ocasión, tanto mujeres como hombres llevan. Traje oscuro, con camisa blanca, chaleco, sombrero y botas.
Algunos jinetes llevan acompañantes vestidas con trajes de flamencas.
Juan estuvo viéndolo con el primo, pero le tenía reservada una sorpresa, al salir quedaron en un bar junto a la plaza de toros. Pepe con ropa vaquera se presentó con una yegua preciosa, un espectáculo la forma de cabalgar y que, para más señas venía de la escuela Jerezana.
Al verlo le dijo. Primo la yegua es preciosa, este le contestó si que lo es, pero la apuesta la ganó Lluvia, se rieron y después de tomar una copa de vino, Pepe con la yegua y Juan fue a recoger a Lluvia para dar un paseo por el recinto ferial.
Carrozas y caballos, hacen un vistoso recorrido por las calles, pasan por el paseo marítimo, para al final terminar en el recinto ferial, la gente con asombro aprovechan la ocasión por ser dignas de las mejores imágenes para el recuerdo.
Estos días Fuengirola es una fiesta por todas las calles, se pueden ver estampas magnificas que dicen del sentir de un pueblo que lo vive de una forma Especial.
Al llegar al recinto ferial allí está Lluvia observando y disfrutando. Para ella es una novedad emocionante y esto es solo un aperitivo de lo que le espera, algunos niños se quedan observando a la burrita, Juan los invita a dar una vuelta a la plaza. Algunos padres se muestran reacios por creer que les va a cobrar, otros quieren pagar, el no acepta dinero.
Lluvia cada vuelta que da a la plaza es más feliz, Juan lo percibe por eso, así pasó todo el tiempo que estuvo en la feria.

Al día siguiente Juan se levantó tarde pero lo primero que hizo fue ir a por Lluvia para pasear por las calles de Mijas.
Siempre es recibida con fuertes rebuznos.

El Martes 6
Por ser el día del la inauguración del alumbrado había más gente pero pronto se terminó el paseo de Lluvia
Al día siguiente por la mañana hay suelta de vaquilla en la plaza de toro.
Por la tarde en el recinto ferial hay una parte habilitada para los caballos, se trata de la plaza de la Hispanidad, con árboles grandes que dan muy buena sombra, con las calles adyacentes haciendo un recorrido para el uso exclusivo de caballos y carrozas, donde los aficionados, engalanados luciendo sus mejores trajes.
Lluvia, forma parte de la feria todos los días hacía nuevas amistades, uno de ellos conoció a un burrito con un pelaje más largo de lo normal, venía de África, llevaba un carrito con muchos adornos y dos niñas con flores en las cabeza y vestidas de flamenca
El sábado, con varios días de feria hay corrida de toros y después desfile ecuestre, cansados pero pensando que ya vendrán tiempos más tranquilos, había que aprovechar, para divertirse.
El día siguiente, en la plaza de toros hay un espectáculo para los más pequeños, se trata del bombero torero, a primeras horas de la tarde Juan se fue al recinto ferial allí almorzó para como todos los días caminar con Lluvia.
Era temprano apenas había caballistas, en una parte de la plaza conoció a Susi un pony que al igual que ella paseaba por el recinto. Esta llevaba un carrito adornado y dos jinetes ataviados uno de estilo vaquero el otro de forma diferente, a estilo ingles, muy simpáticos, entre los dos no juntaban una docena de años. Pasadas unas horas, Juan estaba un poco cansado, pensó en irse al aparcamiento donde tenía el coche con el remolque.
En el camino, al pasar por la plaza donde hay árboles grandes y están la mayoría de los caballos,
Lluvia observó que en una esquina había un grupo de caballos y yeguas, allí descansaban mientras los jinetes y amazonas calmaban la sed, una yegua lucía una crin en forma de red y para más, en la unión donde se cruza el pelo estaban adornadas con una cuerda blanca, formando así una imagen perfecta.
Lluvia en Madrid está acostumbrada a ver detalles pero esto es la primera vez que lo ve, Juan notó que la burrita no quería caminar, miró a la yegua y pensó tomar unas fotos y un refresco, una dama la montaba le pidió permiso para dejarla junto a ellos y tomar unas fotos, un joven con ropa campera se acercó y exclamó ¡! Que burrita más elegante ¡!
Juan le comentó. Elegante yegua, señalándola, pero observó y no era la única era un grupo todos vestidos con elegancia y los caballos con un porte especial.
Me llamo Amancio le dijo el jinete extendiéndole la mano.
Yo Juan.
Vaya forma tan curiosa de comportarse la yegua, le dijo Amancio y agregó, está muy tranquila y no deja de mirarla.
Juan le quitó importancia diciéndole. Normalmente ningún animal se altera con su presencia, incluso ni los perros que normalmente ladran.
El, no le quitaba la vista y le dijo.
Tengo un racho con caballos y hacemos espectáculos de doma y sacándose una tarjeta de visitas se la dio y le dijo.
Esta es la dirección, cuando quieras me llamas y con mucho gusto te hacemos una exhibición.
Estuvieron un buen rato charlando, se despidieron y Juan se fue con Lluvia
El lunes Juan cansado pensó en quedarse en Mijas y de esa forma recuperarse.


Pronto Lluvia irá a conocer el espectáculo ecuestre.